Existen multitud de herramientas para fidelizar a los clientes de un despacho, pero una de las mas potentes, eficaces y de coste cero no es otra que el demostrarles que velamos por sus intereses.
Una forma de hacerlo eficazmente consiste en realizar reuniones periodicas con los profesionales (si nuestro tamaño nos lo permite) o con los responsables de cada departamento si el despacho es ya bastante grande (dando por hecho que el departamento realiza también, con la misma frecuencia, sus propias reuniones).
En ellas, entre otros aspectos, comentamos cada uno de los nuevos temas encargados por los clientes y se pide al resto de profesionales que realicen sugerencias o propuestas en relación al mismo. Esto nos permitirá:
- Que todos los profesionales conozcan de los asuntos de un cliente
- Evitar errores por falta de coordinación entre profesionales o departamentos
- Evidenciar el carácter multidisciplinar del despacho: quizás en función de la fiscalidad de una operación, la haremos de una forma u otra; si el departamento jurídico o el mercantil no habla con el fiscal, se pierde este valor añadido.
- Conociendo la situación / problema / necesidades de un cliente, podremos ofrecerle servicios adecuados prestados por otros departamentos.
El cliente agradecerá que se le ofrezca un punto de vista multidisciplinar, con aportación de soluciones y alternativas, evitando además que deba informar a cada profesional del despacho de los cambios ocurridos en su sociedad o situación personal.
Es ahí donde empieza la diferencia entre un despacho que ejecuta encargos recibidos de los clientes y un despacho que asesora de forma integral al cliente.